Rotura de ligamento cruzado en perros: síntomas y cirugía
La rotura del ligamento cruzado es una de las lesiones más comunes en perros, especialmente en razas activas o de tamaño mediano a grande. Si tu perro cojea de forma repentina, no apoya bien una pata trasera o ha perdido agilidad, podría tratarse de esta lesión. En este artículo te explicamos qué es el ligamento cruzado, cómo identificar los síntomas y qué opciones de tratamiento existen, incluyendo la cirugía.
¿Qué es el ligamento cruzado en perros?
En la articulación de la rodilla (llamada “rodilla” o “articulación femorotibial” en veterinaria), hay dos ligamentos cruzados: el anterior y el posterior. Estos ligamentos permiten mantener la rodilla estable, evitando movimientos anómalos entre el fémur y la tibia.
La lesión más habitual es la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA), que puede producirse de forma súbita (por un mal movimiento o traumatismo) o degenerativa (por desgaste progresivo).
¿Cuáles son los síntomas?
Los signos de rotura del ligamento cruzado pueden variar según la gravedad y el tamaño del perro, pero los más frecuentes incluyen:
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Cojera repentina de una pata trasera, especialmente después de correr o jugar.
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Dificultad para apoyar la pierna afectada.
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Dolor al tocar la rodilla o al mover la articulación.
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Inflamación visible en la zona.
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Disminución de la actividad o resistencia al ejercicio.
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En casos crónicos, puede aparecer atrofia muscular en la pierna afectada.
Ante cualquiera de estos signos, es importante acudir al veterinario para que pueda hacer una exploración y confirmar el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico lo realiza el veterinario mediante una combinación de:
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Evaluación clínica: pruebas ortopédicas como el “test de cajón” o el “test de compresión tibial”.
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Radiografías: para valorar el estado de la articulación y descartar otras lesiones.
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En algunos casos, se puede recomendar una exploración más avanzada, como ecografía o artroscopia.
Tratamiento de la rotura de ligamento cruzado en perros
Existen diferentes enfoques terapéuticos, dependiendo del tamaño del perro, su nivel de actividad, la gravedad de la rotura y el estado general de salud.
Tratamiento conservador
En algunos perros pequeños o con roturas parciales, puede considerarse un manejo conservador basado en:
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Reposo estricto y control del peso.
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Medicación para el dolor y la inflamación.
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Rehabilitación y fisioterapia.
Sin embargo, este enfoque no siempre ofrece buenos resultados a largo plazo y puede provocar inestabilidad articular y artrosis.
Tratamiento quirúrgico
La cirugía suele ser el tratamiento de elección en la mayoría de los casos, especialmente en perros medianos y grandes. Existen varias técnicas quirúrgicas que buscan restablecer la estabilidad de la rodilla modificando la biomecánica de la articulación. Las más utilizadas incluyen:
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TPLO / CTWO (Osteotomía o corte de nivelación de la meseta tibial): modifican el ángulo de la meseta tibial para eliminar la necesidad del ligamento cruzado.
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TTA (Avance de la tuberosidad tibial): cambia la biomecánica de la rodilla adelantando la inserción del tendón rotuliano.
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Extracapsular o técnica de sutura lateral: se utiliza principalmente en perros pequeños o en casos específicos donde no se recomiendan osteotomías (cortes en el hueso).
La elección de la técnica quirúrgica dependerá de varios factores como el tamaño y peso del perro, su nivel de actividad, el tipo de rotura y la experiencia del cirujano. El veterinario ortopedista será quien determine la mejor opción para cada paciente.
¿Qué papel tienen los implantes veterinarios?
En las cirugías de rotura de ligamento cruzado, se utilizan implantes veterinarios específicos como placas, tornillos o dispositivos de avance tibial. Estos implantes permiten una fijación estable y segura, favoreciendo una recuperación más rápida y reduciendo el riesgo de complicaciones.
En BETA Implants diseñamos y fabricamos implantes ortopédicos adaptados a cada necesidad quirúrgica, con enfoque en la estabilidad, biocompatibilidad y recuperación funcional del paciente.
Recuperación tras la cirugía
La recuperación es gradual y requiere cuidados en casa, que pueden incluir:
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Reposo controlado durante las primeras semanas.
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Revisión veterinaria periódica.
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Fisioterapia o rehabilitación si está disponible.
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Control del peso corporal.
En la mayoría de los casos, los perros recuperan una buena calidad de vida y vuelven a caminar, correr y jugar con normalidad.
Si tu perro cojea o sospechas una rotura de ligamento cruzado, acude a tu veterinario de confianza. Solo él podrá valorar el estado de la articulación y proponerte el tratamiento adecuado.
Si eres veterinario y necesitas asesoramiento sobre soluciones quirúrgicas o implantes específicos, en BETA Implants podemos ayudarte a encontrar la mejor opción para tu paciente.