Después de una cirugía para reparar el ligamento cruzado roto, el proceso de recuperación es clave para que el perro recupere la movilidad y calidad de vida. Los cuidados postoperatorios son fundamentales, y una buena colaboración entre el veterinario y el tutor marcará la diferencia en los resultados. En este artículo te explicamos qué esperar tras la operación y cómo ayudar a tu perro en casa.
La cirugía por rotura del ligamento cruzado tiene como objetivo estabilizar la articulación de la rodilla y permitir que el perro vuelva a caminar sin dolor. Pero la operación es solo el primer paso. El proceso de curación continúa en casa durante varias semanas, y los cuidados postoperatorios son esenciales para evitar complicaciones, como infecciones, fallos en los implantes o una recuperación incompleta.
Durante las primeras semanas, el perro debe guardar reposo estricto. Eso significa:
Limitar los paseos a salidas cortas con correa para hacer sus necesidades
Evitar que suba o baje escaleras, corra o salte
Usar una zona tranquila, con suelo antideslizante y sin obstáculos
En algunos casos, se recomienda el uso de una jaula de recuperación o corral para controlar mejor su movimiento
El tiempo de reposo puede variar según la técnica quirúrgica utilizada y la evolución del paciente, pero suele extenderse durante al menos 6-8 semanas.
El veterinario recetará medicación analgésica y antiinflamatoria que debe administrarse según las indicaciones. Es muy importante no interrumpir el tratamiento antes de tiempo, incluso si el perro parece sentirse mejor, ya que puede ocultar molestias o empeorar sin mostrar signos evidentes.
También puede indicarse el uso de antibióticos durante los primeros días para prevenir infecciones.
Durante el postoperatorio, se realizarán revisiones periódicas para controlar la evolución, revisar la cicatrización y evaluar la estabilidad de la articulación. En algunos casos se tomarán radiografías para comprobar que los implantes están en la posición correcta y que el hueso cicatriza adecuadamente.
No olvides asistir a todas las revisiones que te indique tu veterinario, ya que son clave para detectar a tiempo cualquier posible complicación.
En muchos casos, se recomienda iniciar un plan de rehabilitación una vez superada la fase inicial de reposo. Esto puede incluir:
Movilizaciones pasivas de la articulación
Terapias con frío o calor
Caminatas controladas
Ejercicios en cinta subacuática
Terapias con láser o electroestimulación
La fisioterapia veterinaria ayuda a reducir la rigidez, mejorar el tono muscular y acelerar la recuperación.
Durante el proceso de recuperación es importante mantener una alimentación equilibrada y controlar el peso del perro. Un exceso de peso puede aumentar la presión sobre la rodilla operada y dificultar la cicatrización. Si tu perro necesita perder peso, consulta con tu veterinario cómo ajustar su dieta durante esta etapa.
Sigue cuidadosamente las instrucciones del veterinario para limpiar y vigilar la herida quirúrgica. Evita que el perro se lama o muerda los puntos de sutura; puede ser necesario usar un collar isabelino o camisetas protectoras. Si notas enrojecimiento, inflamación, secreción o mal olor, acude a la clínica lo antes posible.
La recuperación completa puede llevar entre 8 y 12 semanas, aunque en algunos casos se puede alargar. Algunos perros comienzan a apoyar la pata a los pocos días, mientras que otros tardan un poco más. La evolución es progresiva y depende de factores como la edad, el tamaño, el tipo de cirugía y el cumplimiento del plan postoperatorio.
En BETA Implants colaboramos con clínicas veterinarias desarrollando implantes específicos para la reparación del ligamento cruzado que ofrecen estabilidad y facilitan la recuperación.
Si eres tutor de un perro operado, sigue siempre las pautas indicadas por tu veterinario de confianza y no dudes en consultarle ante cualquier duda.
Si eres veterinario, en BETA Implants podemos asesorarte y ofrecerte soluciones quirúrgicas para tus casos ortopédicos.